El mediático Catedrático de
Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull, Santiago Niño Becerra, ha
vuelto a hablar alto y claro sobre los problemas a los que se enfrenta la
economía mundial después del estallido de la crisis. Y en esta ocasión ha
decidido dividirlos en "dos supermegaproblemas", que son, por un lado
la fuerte deuda y, por otro, el estancamiento del crecimiento.
Con
respecto al endeudamiento, el economista ha señalado en su artículo de La Carta de la Bolsa que "el
planeta tiene una deuda que, pura y simplemente, no se puede pagar" a pesar de que unos países estén
mucho mejor que otros. Por ello, aconseja que hay que hacer algo con ella lo
antes posible aunque advierte que otro porblema llegará cuando esto suceda
porque, "eso que se vaya a hacer tendrá unas consecuencias. Muchos se van
a quedar sin cobrar, y muchos van a perder casi todo lo que tenían para poder
pagar algo de lo que deben, o va a cambiar de forma radical su situación
jurídica (de 'propietarios' a arrendatarios) para no seguir debiendo lo que
debían".
Dicho
de otro modo, Niño Becerra apunta que "reajustar la deuda supone, hágase
como se haga, el empobrecimiento
generalizado de la inmensa mayoría de
la gigantesca población del planeta".
Por
su parte, acerca del segundo gran problema al que tiene que enfrentarse la
economía mundial, el crecimiento desmesurado, el experto ha recordado que
"el planeta ha estado creciendo mucho en los últimos cincuenta años,
muchísmo en los penúltimos diez, hasta el 2007, ha estado creciendo de una
forma inimaginable doscientos años atrás".
Sin
embargo, advierte que el mundo
ha crecido tanto "a base de comerse unos recursos que supuso inagotables,
y su gente ha vivido cada vez mejor a base de ir disponiendo de un
endeudamiento que en su momento todos menos los que dieron el sí para que fuese
concedido, creyeron infinito".
En
este sentido, el Catedrático ha explicado que ese crecimiento tal y como lo
hemos conocido décadas atrás ha terminado su recorrido porque "ni los
recursos son suficientes para
continuar por ese camino, ni la 'financiación' de esa forma de crecimiento a
través del endeudamiento permanente y creciente es posible".
Pero,
¿cuál es la solución que nos expone Niño Becerra? Pues pasar a otro modelo.
"Quitar a deudas incobrables, dedicar los recursos escasos a aquello que
sea necesario y posible; es decir, prepararse para moverse en un entorno de
escasez en el que habrá que priorizar. Y sí: eso supone pasar a otra forma de
vida porque algo como eso implica cosas" concluye el economista.
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