Todos los grandes economistas nacionales e
internacionales están de acuerdo sobre los riesgos que puede implicar la
extrema austeridad sobre el crecimiento español. Parece que a Rajoy lo que más le preocupa es cumplir con lo establecido por la UE. Tal vez por miedo a que las presiones europeas le obliguen a abandonar el gobierno, pero ¿a que precio?
En opinión de Stiglitz, premio Nobel de economía, sería mejor política económica para España una subida sustancial y progresiva de impuestos y menos recortes de gastos públicos para mantener el nivel de gasto público y apoyar la renta disponible de los ciudadanos.
La razón por la que de ninguna manera se quieren subir los impuestos de forma progresiva es puramente ideológica. No se quieren subir los impuestos de las rentas más altas por principio. Se le vende a la ciudadanía que las subidas de impuestos inhiben el crecimiento, pero no se habla de la inhibición del crecimiento provocada por la desigual distribución de la renta y por los recortes.
Algunos hechos
La presión fiscal (todos los ingresos de las Administraciones Públicas incluyendo cotizaciones sociales) en España es 10 puntos menos de PIB que en Francia y 15 menos que en los países nórdicos, países todos estos con mayor renta per cápita que España.
La distribución de la renta en España es la más desigual de las grandes economías europeas, excepto Italia
El índice de injusticia social en España coloca a España en la cola de los países de la OCDE.
Pablo Antolín Nicolás, economista
principal, Dirección de Asuntos Financieros de la OCDE, explica: “Tanto para España como
para la zona euro el crecimiento tiene que venir o del consumo de las familias,
la inversión (tanto pública o privada), el gasto público o el sector exterior.
El mundo no crece mucho por lo que la vía de crecimiento a través del sector
exterior no aportará mucho más de lo que ya da. Las familias y empresas siguen
sin consumir pues deben ajustarse para reducir su endeudamiento, la inversión
privada también está estancada y, si finalmente, el estado se ajusta el
cinturón, es muy difícil saber cómo vamos a crecer”.
Desde
su punto de vista, la solución es “un contrato entre los países con margen
financiero y los países sin él. El problema central de la zona euro y España no
es fiscal, es la falta de competitividad de los países periféricos y la
imposibilidad de crecimiento”.
Por
ello, sugiere que “los países periféricos deben comprometerse por escrito a
hacer reformas estructurales que aumenten la competitividad (liberalizar sector
servicios, reforma laboral, financiera). Estas reformas en el corto plazo solo
traer dolor (los beneficios son a largo plazo). Para que estas reformas puedan
absorberse sin gran contestación social, se necesita que los países con margen
(dígase Alemania), implementen políticas para que aumente su consumo y ayude
así a crecer a los países periféricos. Es esencial que haya este contrato a dos
bandas, que sea público y vinculante”.
Más
contundente se muestra María Jesús Fernández, analista de Coyuntura de la Fundación de Cajas de
Ahorros (Funcas), que cree que cumplir con el 4,4% de déficit
público, además de extremadamente de conseguir, podría llevar a España a una
completa depresión, con un retroceso del PIB durante este ejercicio de cerca
del 2%. Desde su punto de vista, marcar el 3% de déficit comprometido para 2013
debería retrasarse “al menos dos años” y para este ejercicio tendría que
revisarse la cifra hasta el 6% del PIB aproximadamente.
“Es
francamente difícil recortar ahora unos 40.000 millones de euros más: ya se han
bajado salarios en las Administraciones Públicas, congelado prestaciones… El
efecto sería muy contractivo. Además, por ejemplo, si se decide echar personal
público, hay que pagar indemnizaciones, así que el ahorro a corto plazo tampoco
sería muy grande”, explica.
Desde
el punto de vista de Xavier Segura, economista socio de Tracis, “es cada vez
está más claro que con una sola medicina no superamos la situación ni en España
ni en la Eurozona”.
Por
ello, cree que “la decisión no es si reformas o recortes, sino reformas y
recortes y además empezar a propiciar algunas políticas expansivas para
favorecer el crecimiento (porque sin crecimiento el desapalancamiento no avanza
a un ritmo mínimamente significativo) por parte de los países que se lo pueden
permitir”.
No
obstante, indica: "La jerarquía de prioridades sitúa en este momento como
más ineludible en el corto plazo los recortes, porque es lo que tiene efecto
inmediato, mientras que las reformas y las políticas de crecimiento son de
efecto más retardado y ahora desgraciadamente estamos en tiempos de urgencias
históricas".
Otro premio nobel Eric
maskin, dice que España hace lo contrario a lo que debe al recortar
gastos.
Para J. Ignacio
Conde-Ruiz, analista de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea),
un ajuste del sector público para alcanzar los compromisos adquiridos
“supondría un sacrificio bastante duro”. Desde su punto de vista, tendría
sentido una revisión de las cifras (para moderar el recorte), pero no desde un
punto de vista unilateral de España, sino como una medida del conjunto de la
UE, que probablemente, para no quedar señalados por los mercados de capitales,
deberá venir acompañada de una ambiciosa agenda de reformas.
Según
la opinión de Jorge Malfeito, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan
Carlos de Madrid, hay más matices. “Es complicado evitar una
desviación. Aun así, es lógico realizar ciertos ajustes para generar algo de
confianza en los mercados”, indica.
También
cree que un replanteamiento de los escenarios sólo se puede realizar en
conjunto con el resto de países europeos.
Sobre
todo, Malfeito aboga por políticas de reactivación económica. Por ejemplo,
habla de la necesidad de una inyección de mayor liquidez por parte del Banco
Central Europeo y la de solucionar los problemas de financiación. “Según se vayan
avanzando con estas medidas, entre otras, en Europa, la coyuntura española
mejorará”, explica.
Los líderes europeos, han
reconocido que la austeridad por sí sola no es suficiente para superar la
crisis de deuda y han reclamado una estrategia común para impulsar el
crecimiento. Eso sí, no han concretado ninguna medida en esta dirección. Aunque
es un primer paso, para ver más habrá aún que esperar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario