martes, 31 de enero de 2012

Solo con austeridad va a ser complicado salir


Todos los grandes economistas nacionales e internacionales están de acuerdo sobre los riesgos que puede implicar la extrema austeridad sobre el crecimiento español. Parece que a Rajoy lo que más le preocupa es cumplir con lo establecido por la UE. Tal vez por miedo a que las presiones europeas le obliguen a abandonar el gobierno, pero ¿a que precio?


En opinión de Stiglitz, premio Nobel de economía, sería mejor política económica para España una subida sustancial y progresiva de impuestos y menos recortes de gastos públicos para mantener el nivel de gasto público y apoyar la renta disponible de los ciudadanos. 




La razón por la que de ninguna manera se quieren subir los impuestos de forma progresiva es puramente ideológica. No se quieren subir los impuestos de las rentas más altas por principio. Se le vende a la ciudadanía que las subidas de impuestos inhiben el crecimiento, pero no se habla de la inhibición del crecimiento provocada por la desigual distribución de la renta y por los recortes.
Algunos hechos

La presión fiscal (todos los ingresos de las Administraciones Públicas incluyendo cotizaciones sociales) en España es 10 puntos menos de PIB que en Francia y 15 menos que en los países nórdicos, países todos estos con mayor renta per cápita que España.
La distribución de la renta en España es la más desigual de las grandes economías europeas, excepto Italia

El índice de injusticia social en España coloca a España en la cola de los países de la OCDE.



Pablo Antolín Nicolás, economista principal, Dirección de Asuntos Financieros de la OCDE, explica: “Tanto para España como para la zona euro el crecimiento tiene que venir o del consumo de las familias, la inversión (tanto pública o privada), el gasto público o el sector exterior. El mundo no crece mucho por lo que la vía de crecimiento a través del sector exterior no aportará mucho más de lo que ya da. Las familias y empresas siguen sin consumir pues deben ajustarse para reducir su endeudamiento, la inversión privada también está estancada y, si finalmente, el estado se ajusta el cinturón, es muy difícil saber cómo vamos a crecer”.

Desde su punto de vista, la solución es “un contrato entre los países con margen financiero y los países sin él. El problema central de la zona euro y España no es fiscal, es la falta de competitividad de los países periféricos y la imposibilidad de crecimiento”.

Por ello, sugiere que “los países periféricos deben comprometerse por escrito a hacer reformas estructurales que aumenten la competitividad (liberalizar sector servicios, reforma laboral, financiera). Estas reformas en el corto plazo solo traer dolor (los beneficios son a largo plazo). Para que estas reformas puedan absorberse sin gran contestación social, se necesita que los países con margen (dígase Alemania), implementen políticas para que aumente su consumo y ayude así a crecer a los países periféricos. Es esencial que haya este contrato a dos bandas, que sea público y vinculante”.

Más contundente se muestra María Jesús Fernández, analista de Coyuntura de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), que cree que cumplir con el 4,4% de déficit público, además de extremadamente de conseguir, podría llevar a España a una completa depresión, con un retroceso del PIB durante este ejercicio de cerca del 2%. Desde su punto de vista, marcar el 3% de déficit comprometido para 2013 debería retrasarse “al menos dos años” y para este ejercicio tendría que revisarse la cifra hasta el 6% del PIB aproximadamente.

“Es francamente difícil recortar ahora unos 40.000 millones de euros más: ya se han bajado salarios en las Administraciones Públicas, congelado prestaciones… El efecto sería muy contractivo. Además, por ejemplo, si se decide echar personal público, hay que pagar indemnizaciones, así que el ahorro a corto plazo tampoco sería muy grande”, explica.

Desde el punto de vista de Xavier Segura, economista socio de Tracis, “es cada vez está más claro que con una sola medicina no superamos la situación ni en España ni en la Eurozona”.
Por ello, cree que “la decisión no es si reformas o recortes, sino reformas y recortes y además empezar a propiciar algunas políticas expansivas para favorecer el crecimiento (porque sin crecimiento el desapalancamiento no avanza a un ritmo mínimamente significativo) por parte de los países que se lo pueden permitir”.

No obstante, indica: "La jerarquía de prioridades sitúa en este momento como más ineludible en el corto plazo los recortes, porque es lo que tiene efecto inmediato, mientras que las reformas y las políticas de crecimiento son de efecto más retardado y ahora desgraciadamente estamos en tiempos de urgencias históricas".


Otro premio nobel Eric  maskin, dice que España hace lo contrario a lo que debe al recortar gastos.







Para J. Ignacio Conde-Ruiz, analista de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), un ajuste del sector público para alcanzar los compromisos adquiridos “supondría un sacrificio bastante duro”. Desde su punto de vista, tendría sentido una revisión de las cifras (para moderar el recorte), pero no desde un punto de vista unilateral de España, sino como una medida del conjunto de la UE, que probablemente, para no quedar señalados por los mercados de capitales, deberá venir acompañada de una ambiciosa agenda de reformas.

Según la opinión de Jorge Malfeito, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, hay más matices. “Es complicado evitar una desviación. Aun así, es lógico realizar ciertos ajustes para generar algo de confianza en los mercados”, indica.
También cree que un replanteamiento de los escenarios sólo se puede realizar en conjunto con el resto de países europeos.

Sobre todo, Malfeito aboga por políticas de reactivación económica. Por ejemplo, habla de la necesidad de una inyección de mayor liquidez por parte del Banco Central Europeo y la de solucionar los problemas de financiación. “Según se vayan avanzando con estas medidas, entre otras, en Europa, la coyuntura española mejorará”, explica.

Los líderes europeos, han reconocido que la austeridad por sí sola no es suficiente para superar la crisis de deuda y han reclamado una estrategia común para impulsar el crecimiento. Eso sí, no han concretado ninguna medida en esta dirección. Aunque es un primer paso, para ver más habrá aún que esperar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario